América Latina alberga más del 50 % de la biodiversidad mundial y es la mayor exportadora de biomasa, pero aún desaprovecha residuos valiosos y agrega poco valor localmente. En la Conferencia Latinoamericana de Bioeconomía 2025, desarrollada en el mes de mayo, en San José, Costa Rica, expertos instaron a abandonar el modelo extractivo y a apostar por la ciencia, la innovación y la biotecnología como motores del desarrollo inclusivo.
La Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, participó recientemente en la Conferencia Latinoamericana de Bioeconomía 2025, un espacio estratégico celebrado en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), donde se abordaron los desafíos y oportunidades de transformar los territorios rurales a través de la ciencia, la innovación y, especialmente, la biotecnología. Esta participación permitió establecer contactos clave y abre un nuevo capítulo para el país: construir un sistema articulado que viabilice el avance hacia la bioeconomía.
Durante la conferencia, especialistas de organismos internacionales como la UNESCO y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) destacaron el enorme potencial de América Latina para liderar una economía basada en la biodiversidad. A pesar de su riqueza natural, la región continúa aplicando modelos extractivos que generan poco valor agregado. En contraste, la biotecnología ya permite avances concretos como paneles solares de algas, edificios de madera y soluciones circulares que
integran saberes ancestrales con innovación científica.
Desde Bolivia, la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz (FEPSC) considera que las conclusiones del encuentro confirman la necesidad de generar alianzas público privadas para poner en marcha proyectos piloto, como biorrefinerías para aprovechar residuos orgánicos y subproductos agrícolas o programas de capacitación en modelos de negocio circulares para pequeñas y medianas empresas. Estas acciones no solo dinamizarían la economía cruceña, sino que también posicionarían al país como un actor emergente en la bioeconomía amazónica.
Para lograrlo, se necesita un compromiso estratégico con la ciencia aplicada, el acceso abierto al conocimiento y la diplomacia científica, como lo plantearon los expositores internacionales. Se abre así la posibilidad de convertir la biotecnología en una palanca de desarrollo socioeconómico, generadora de empleos verdes, inversión en I+D (Investigación y Desarrollo) y preservación de los ecosistemas. La creación de cadenas de valor basadas en el aprovechamiento sostenible de la biomasa puede significar un cambio estructural para Bolivia.
En este sentido, la FEPSC propone que se elabore un plan de acción paulatino iniciando con una fase de reuniones técnicas y mesas de diálogo multisectoriales, siguiendo con la identificación de actores y capacidades locales, con la finalidad de elaborar propuestas normativas y pilotos regionales. Bolivia tiene la oportunidad histórica de convertir su biodiversidad en conocimiento, empleo y futuro.
Fuente: FEPSC