El presidente de la Asociación Agro-Pecuaria de Dolores analizó la realidad agrícola y el momento del corral
Buena parte del éxito de las empresas agrícolas de nuestro país en el último tiempo, ha estado sustentado en la diversificación que han adquirido los productores.
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Los cultivos de invierno comenzaron a jugar un rol preponderante, y dentro del abanico de verano el maíz creció sustancialmente, agregando también otras alternativas como girasol o sorgo.
En el departamento de Soriano, la sinergia entre agricultura y ganadería intensiva también tiene su incidencia, consolidando al granero del país como el departamento que también remite más cabezas de ganado con destino a la industria frigorífica.
Enrique Carlos Oyharzábal, presidente de la Asociación Agro-Pecuaria de Dolores y productor de la zona, analizó en diálogo con el programa Valor Agregado de radio Carve la coyuntura actual, con la soja estabilizada en torno a los US$ 360 y el novillo a corral cerca de los US$ 6.
Para Oyharzábal, la soja se mantiene como el cultivo insignia del país: “Es muy difícil que el área de soja en Uruguay caiga del millón de hectáreas. La soja se ganó ese lugar y no lo va a dejar”, afirmó.
El productor destacó que, más allá de la cotización, la oleaginosa aporta beneficios decisivos a la rotación de cultivos, el control de malezas y la sustentabilidad del sistema. En este sentido, subrayó la importancia de una “agricultura agrointeligente”, con rotaciones intensas que incluyen variedades de invierno y verano.
Algo similar a esto está sucediendo con la agricultura de invierno y la participación de la colza, pensada en rotaciones sustentables y con grandes beneficios en el cultivo siguiente.
El crecimiento del maíz, especialmente el de primera, es una de las señales más claras de la campaña. “Este año se ve una preponderancia muy importante de la siembra de maíz de primera, bastante más que el año pasado”, aseguró. Incluso proyectó que el maíz de segunda mantendrá el área, aunque advirtió sobre la amenaza de la chicharrita, plaga que “vino para quedarse” y que requerirá un manejo estratégico.
Además, remarcó que el consumo interno de granos, impulsado por la ganadería, otorga al cereal un nuevo valor dentro del esquema productivo. “Cuando podemos hacer maíces bajo riego, sin duda que el número empieza a ser diferente”, apuntó.
El avance de la ganadería intensiva es otro factor clave en la región. Según Oyharzábal, el sistema de corrales en Soriano se volvió estructural y eficiente al consumir granos a pocos kilómetros de donde se producen: “La ganadería intensiva en el mundo se hace en las zonas agrícolas donde más grano se produce. Soriano no es la excepción y Uruguay tampoco”, comentó, poniendo especial énfasis en el factor logístico para hacer viables este tipo de proyectos.
El productor también destacó señales inéditas en el mercado, como el valor de la reposición para el corral que llegó a superar al del ternero. Este fenómeno, dijo, refleja tanto la escasez de oferta como la fortaleza de la cría y la recría, que “traccionan al resto de la cadena” y fortalecen la demanda de granos.
Fuente: Rurales El País