La crisis del diésel amenaza con convertirse en la peor pesadilla del sector productivo boliviano. Actualmente, más de 350 mil hectáreas de soya sembradas en el norte integrado y que deben cosecharse a partir de octubre, dependen de la provisión de este carburante. La inversión de 300 millones de dólares corre peligro, junto con la estabilidad de toda la cadena alimenticia.
La fecha óptima de siembra de verano se dará entre el 15 de noviembre al 15 de diciembre, con 1,5 millones de hectáreas de soya, maíz y sorgo. La campaña más importante del ciclo agrícola de 2025.
Sin los 100 millones de litros de diésel necesarios para la cosecha de invierno y verano 2025-2026, no habrá insumo alimenticio para la cadena de producción de proteínas de carne bovina, porcina, avícola y de leche. El país enfrentará un encarecimiento de alimentos, escasez en mercados y la imposibilidad de generar divisas por exportaciones.
Desde noviembre de 2024, YPFB no ha podido garantizar un suministro regular a los productores. Hoy, la incertidumbre es total. El Gobierno debe responder y actuar con urgencia: sin diésel no habrá cosecha, no habrá alimentos y no habrá país productivo.
Fuente: Luis Alberto Alpire, Economista y Agrometeorólogo