El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos por sus siglas en inglés (USDA) proyecta un rendimiento récord para la soja en ese país, lo que ha generado inquietud en el mercado global debido al potencial impacto en las existencias finales y los precios.
El índice de existencias finales/consumo mundial se ha elevado a niveles no vistos desde hace más de 30 años, lo que plantea un factor bajista similar al observado en el ciclo 2018/19. Para mejorar esta relación, se esperaba un mayor uso de aceite de soja en la producción de diésel renovable, pero la preferencia por el aceite de cocina usado ha frenado este crecimiento. Además, la oferta global sigue aumentando, con Brasil proyectando una cosecha de 169 millones de toneladas, una cifra que podría influir en las decisiones de compra de China y retrasar su demanda de soja estadounidense.
El informe del USDA deja claro que, si bien los rendimientos para la soja y el maíz en EE.UU. son favorables, las altas existencias finales generan incertidumbre en el mercado. La atención ahora se centra en el comportamiento de la demanda y, particularmente, en cómo China responderá a la abundante oferta mundial. La presión de las grandes cosechas sudamericanas, especialmente la de Brasil, podría prolongar la volatilidad y mantener una perspectiva bajista para los precios de la soja en el corto plazo.
Factores en juego
Los alcistas en el mercado de la soja encuentran cierto impulso con la reducción de las existencias finales de la cosecha nueva de EE.UU. a 14,96 millones de toneladas (550 millones de bushels), debido a sólidas ventas de exportación y reservas adicionales de China. Aunque los rendimientos de la nueva cosecha en EE.UU. se mantienen en 3,5782 toneladas por hectárea (53.2 bushels por acre), el retraso en la siembra en Brasil por falta de humedad podría extender la ventana para las exportaciones estadounidenses. Las reservas mundiales aumentaron ligeramente, y el precio promedio de la soja se sitúa en $10.80 por bushel.
Por otro lado, los bajistas argumentan que las existencias finales en EE. UU. siguen siendo abundantes, por encima de los 13,60 millones de toneladas (500 millones de bushels). Además, las condiciones secas en Brasil podrían mejorar con las lluvias previstas, favoreciendo la siembra. La próxima cosecha en EE.UU. se espera con un rendimiento récord, lo que podría presionar los precios a la baja. La incertidumbre política y las tensiones comerciales con China también generan dudas sobre la futura demanda.
Los analistas privados están cada vez más preocupados por el maíz safrinha en lugar de la soja. La preocupación por la soja aumentará si la siembra en el centro de Brasil se retrasa entre dos y tres semanas más. En Mato Grosso, se puede sembrar hasta un 15% de la soja por semana. Si la siembra no comienza hasta principios de octubre, no se terminará hasta principios de noviembre, lo que retrasará la siembra del maíz safrinha. Aunque la soja en el centro de Brasil puede sembrarse hasta mediados de noviembre y tener buenos rendimientos si el clima es favorable, un retraso afectaría principalmente al maíz safrinha.
Tres claves para la proyección del USDA
Para que se confirme la proyección del USDA, es crucial observar las existencias de soja brasileña para la ventana de envío de octubre a febrero, el ritmo de ventas de los agricultores en EE.UU. y las compras de China.
En el caso de Brasil, el año pasado logró arrebatarle demanda de Estados Unidos gracias a precios más bajos para la nueva cosecha. Este año, la diferencia de precios no es tan pronunciada, lo que podría favorecer las exportaciones estadounidenses. Por otro lado, las ventas de los agricultores en EE.UU. siguen siendo más lentas que lo habitual, aunque el menor acarreo en las terminales exportadoras este año podría mejorar la posición de la soja estadounidense.
El papel de China será determinante. Sin embargo, muchas empresas chinas aún no han iniciado sus compras, dejando en el aire la verdadera magnitud de la demanda para los envíos de octubre y noviembre. Las existencias de soja y harina de soja en los puertos chinos han comenzado a disminuir, mientras que las ventas de harina de soja han repuntado, impulsadas por factores como la baja cobertura de fábricas para forrajes y la estacionalidad de la producción porcina. Si China mantiene este ritmo, podría confirmarse la proyección del USDA y brindar un impulso al mercado.
Ventas de harina de EE.UU. en máximos
El mercado de harina de soja en EE.UU. está registrando cifras excepcionales para el año de comercialización 2024/25, con exportaciones proyectadas en un récord cercano a 16 millones de toneladas según datos del USDA. Este crecimiento ha sido impulsado por una molienda interna sin precedentes y precios competitivos en el mercado global. Al 29 de agosto de 2024, las ventas de harina de soja han alcanzado un máximo de 10 años, superando notablemente los niveles de años anteriores. Los incrementos más significativos se observan en mercados clave como Canadá, Filipinas y Colombia, reflejando una fuerte demanda internacional.
Un ataque reciente con drones a un buque comercial que transportaba trigo a Egipto ha generado preocupación en la industria global de granos, debido al riesgo de que el conflicto entre Rusia y Ucrania afecte las rutas comerciales. La escalada de tensiones podría amenazar puertos rusos clave, mientras que las sanciones del G7 impulsan a Rusia a vender su grano rápidamente, incluso a precios por debajo del mercado.
La incertidumbre política en EE.UU., junto con las tensiones comerciales con China, genera dudas sobre la futura demanda. El mercado seguirá monitoreando de cerca el clima en Sudamérica y las exportaciones de EE.UU.
Fuente: Clarín Rural