Ante el evidente fracaso económico sustentado por los sectores extractivista de gas y minería, demandantes de costosa inversión y de bajos índices de generación de empleo, ha sido el soporte en la administración de 19 años de gobierno del partido del Movimiento Al Socialismo (MAS), y que lamentablemente a pesar de disponer de ingente cantidad de recursos a través de los presupuestos anuales de gestión ($us120 Mil Millones), no se han resueltos problemas estructurales que se vienen arrastrando por décadas en las primordiales áreas de salud, educación y seguridad ciudadana.
Sectores económicos renovables como el Agropecuario y Agroindustrial, vienen demostrando con hechos concretos su aporte al país en estos últimos años, que en el caso específico de 2023 la producción de alimentos alcanzó 16 millones de TN, representando el 77 % del total producido en Bolivia, y en cuanto a las exportaciones la pasada gestión el Complejo Oleaginoso comercializó al exterior el valor de más de $us 2 mil millones en torta y harina de soya, como también aceite bruto y refinado.
Asimismo, el 80% de los productores asociados a Anapo son pequeños, es decir, 11.200, reflejando, por tanto, su alto contenido social. En ese sentido, el Gobierno Nacional debería generar medidas que tiendan a incentivar la producción de alimentos, generando más excedentes para exportar, siendo contraproducente limitarlas, peor prohibirlas, como es el caso del aceite refinado, que con seguridad su ocultamiento obedece a la especulación de los intermediarios para obtener mayores ganancias, incluso recurriendo al contrabando a la inversa, como mecanismo de rentabilizar más este ilícito.
Fuente: Luis Alberto Alpire, Agrometeorólogo
