El fenómeno del Niño durante la actual campaña agrícola genera que el productor deba ajustar sus estrategias para evitar pérdidas por enfermedades fúngicas e insectos en los cultivos.
Grandes tormentas, humedad en el ambiente y temperaturas moderadas hacen propicio el desarrollo de enfermedades fúngicas en soja, maíz y girasol durante la actual campaña de cultivos de verano.
El ingeniero agrónomo Guillermo Indaco, del área de marketing de Sumitomo, se desempeña en el sudeste y sudoeste bonaerense y señaló “es un año para estar atentos y muy presentes en el lote, monitoreando de cerca y siguiendo las recomendaciones en cuanto a la evolución de las enfermedades y ser precisos con las medidas de manejo del cultivo”, enfatizó el profesional.
Explicó que el concepto no se limitaba a la aplicación de fungicidas, sino que incluía “toda la planificación del cultivo. En maíz, por ejemplo, analizar la susceptibilidad de los híbridos a las enfermedades; pensar a qué ambiente lo vamos a exponer; si es una siembra temprana o tardía. En el caso de la tardía, que ocupa el 50 por ciento de la superficie de maíz del país, estar atentos porque el período de llenado será con temperaturas relativamente más bajas y probablemente mucha humedad. Y eso hará al desarrollo de enfermedades como roya, que ha venido creciendo en los últimos años”.
Mencionó además la posibilidad de desarrollo de carbón de la espiga.
Indaco recalcó los fungicidas son herramientas que permiten controlar las diferentes enfermedades. “En el caso de maíz y -sobre todo en situaciones de alto potencial- está muy clara la respuesta del cultivo a su uso”.
Las mezclas
Indaco destacó las respuestas que se obtienen con las mezclas de triazoles y estrobilurinas. Además, “se está empezando a utilizar en baja proporción algo de carboxamidas, con buen resultado. Es contundente -en el caso de incidencia alta de enfermedades- el aporte que hacen las herramientas químicas -fungicidas- al rendimiento de maíz”.
En tanto, en el caso de soja se refirió inicialmente a las enfermedades de suelo, que se mitigan con el tratamiento de semillas. “Hay que prestarle mucha atención: observar la calidad de semilla y los patógenos que puede tener presentes el lote y la semilla, para partir con un cultivo lo más sano posible”.
Sobre las enfermedades de fin de ciclo, como Cercospora, Septoria o mancha ojo de rana, dijo que son patologías foliares en las que también se logra una gran respuesta con el uso de fungicidas.
El profesional recomendó considerar el momento y la calidad de la aplicación, respetar dosis de marbete y todas las recomendaciones de cada empresa sobre los productos.
Fuente: Ruralnet