El Colegio de Ingenieros Agrónomos y Profesionales en Ciencias Agropecuarias de Bolivia (CIAB), después de un conversatorio convocado para analizar las declaraciones del primer mandatario sobre la intención de producir biotecnología nacional, en el que se analizaron diversas propuestas para consensuar un pronunciamiento, comunica que considera importante esta iniciativa porque significa que el Gobierno está ahora abierto al uso de la biotecnología y dispuesto a encarar todo lo necesario para alcanzar el objetivo de desarrollar biotecnología propia.
El CIAB propone que el proceso de consolidación de la biotecnología en Bolivia, debería ser encarado en 2 fases, una de corto y mediano plazo y otra de largo plazo.
Fase 1: de corto y mediano plazo:
Esta fase debe estar orientada a atender la demanda de los productores agropecuarios nacionales, que no pueden esperar el tiempo de desarrollo de un nuevo evento, con tecnología nacional. Además, hoy es baja la renovación de nuevas variedades debido al uso de semilla informal, desincentivando a los obtentores a creaciones de nuevas genéticas. En este contexto, se deben normar los eventos que actualmente están en uso en forma irregular en los cultivos de soya, maíz y algodón. Para ello, se debe promulgar un decreto supremo y posteriormente una ley que permita dar seguridad jurídica a los obtentores de eventos biotecnológicos, luchar frontalmente contra el contrabando.
Fase 2: de largo plazo:
Esta fase debe estar focalizada en el establecimiento de una política de Estado – en base a un plan nacional de biotecnología articulada a la normativa internacional, que incluya incentivos a la investigación,
Inversión en infraestructura, equipamiento, la formación de RRHH, así como un sistema solido de transferencia de tecnología, con un marco regulatorio que comprenda la organización adecuada del Comité Nacional de Bioseguridad con presupuesto y personal técnico idóneo – para la liberación de eventos biotecnológicos.
Para todo ello, el gobierno debe considerar que el proceso para generar un nuevo gen útil a nuestra realidad costaría alrededor de 100 millones de dólares y requeriría de unos 15 años de trabajo. Esta es una gran oportunidad para el fortalecimiento del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) cuyo presupuesto anual actual no alcanza los 3 millones de dólares.
Finalmente, el CIAB expresa que la biotecnología en la producción agropecuaria no beneficia sólo a este sector, sino más bien a la sociedad en su conjunto, ya que permite una estabilidad de precios de los productos de origen agropecuario, contribuye a la seguridad alimentaria de la población boliviana, a la sostenibilidad del medio ambiente y al acceso de energía sustentable.
Bolivia es actualmente uno de los países aislado del contexto internacional en el uso de biotecnología moderna, que no sólo comprende el uso de tecnología genética, habiendo creado su propia barrera que lo condena a los rendimientos agropecuarios más bajos de la región. Aunque cabe resaltar que nuestra CPE prevé y menciona el uso de la biotecnología con la normativa adecuada para el efecto y que se la debe promover y promulgar cuanto antes.
Datos del CIAB y Cinacruz