Ante la falta de provisión estatal, los productores agrícolas organizados en Anapo decidieron importar diésel desde Brasil para evitar paralizar la campaña de invierno.
La escasez de combustibles en Bolivia sigue agravándose y uno de los sectores más golpeados es el agroindustrial. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) confirmó que los productores han comenzado a importar diésel de manera directa desde Brasil, ante la imposibilidad de garantizar el abastecimiento por parte del Estado. Esta alternativa, sin embargo, representa un alto costo: Bs 13,50 por litro, más del doble del precio subvencionado en el mercado interno.
El gerente general de Anapo, Jaime Hernández, explicó que la medida responde a la urgencia de garantizar el desarrollo de la actual campaña agrícola de invierno. El combustible es vital para tareas, como: la fumigación, el control de plagas y enfermedades, así como para la preparación de suelos para la siembra.
“Los productores han asumido el reto de importar diésel por cuenta propia, pero esto no exime al Estado de su obligación de garantizar el suministro de carburantes. No podemos seguir en esta incertidumbre”, reclamó Hernández.
Según datos proporcionados por Anapo, se estima que ya se han gestionado importaciones por unos 600 mil litros de diésel, de los cuales una parte ya llegó al país y el resto se concretará en las próximas semanas. La logística es compleja y requiere al menos 10 días desde Brasil, donde se realiza la compra del combustible.
El proceso arrancó con una operación piloto hace un mes, que permitió validar la viabilidad del modelo de importación para autoconsumo. “No estamos comprando para vender, esto es exclusivamente para uso de los productores”, aclaró el representante del gremio.
Impacto en la producción
La campaña de invierno de soya en Santa Cruz, que concentra más del 70% de la producción nacional de oleaginosas, depende de manera crítica del abastecimiento de diésel. La falta del combustible amenaza con paralizar labores en más de 1,2 millones de hectáreas cultivadas, en un contexto en el que ya se han registrado mermas productivas por el clima y la baja disponibilidad de insumos importados.
El sobrecosto del diésel también representa una presión adicional sobre los productores, quienes ya enfrentan una caída en los precios internacionales de la soya y dificultades para acceder a dólares en el mercado formal.
Contexto nacional
El país arrastra desde hace meses una crisis en la provisión de combustibles. En los últimos días, filas de vehículos volvieron a observarse en surtidores de varias regiones del país. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) aseguró el pasado fin de semana que el abastecimiento se irá normalizando de forma paulatina, aunque no ofreció un cronograma.
El Gobierno atribuye la situación a “problemas logísticos” en las importaciones de combustibles y a los bloqueos en algunas rutas. Sin embargo, analistas advierten que la escasez está relacionada con una menor disponibilidad de divisas y crecientes dificultades financieras de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para sostener la política de subvención.
En tanto, sectores productivos como el agro demandan soluciones estructurales. “No podemos tener un modelo económico que dependa del contrabando o de las gestiones individuales. El país necesita políticas claras y sostenibles para garantizar el suministro de energía”, advirtió Hernández.
Fuente: El Deber