“Datos del INE a septiembre de 2024 dan cuenta que la exportación de soya y derivados cayó en 523 millones de dólares y 708.000 toneladas, confirmando lo que ANAPO anticipó que ocurriría por la sequía, sin embargo, esto es apenas una parte de los más de 1.600 millones de dólares de caída de las exportaciones en general y el impacto hasta fin de año será mayor, frente a lo cual urge reactivar al sector agropecuario/agroindustrial que, junto al forestal/maderero, son los dos únicos que pueden reaccionar a corto plazo para invertir, producir y exportar más -pero- si no hay seguridad jurídica en el campo, será imposible lograrlo, por lo que podrían venir días muy difíciles para el país”, lamentó el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce).
“En momentos cuando lo que más precisa Bolivia es paz social y seguridad jurídica para la inversión en general -para la agropecuaria en particular- con miras a generar mayores niveles de producción y exportación de alimentos que permitan al país crecer más y captar las divisas que tanto necesita para financiar la importación de combustibles, insumos, bienes de capital y equipos de transporte, lamentablemente, a la escasez de dólares, la anormalidad en el abastecimiento de diésel y la baja de precios internacionales, se suma el azote del avasallamiento de predios en producción, en el campo, que atentan contra tales propósitos, además de mostrarnos al mundo como un país donde no se respeta la propiedad privada y la justicia no resuelve los casos denunciados, como debiera”, dijo, a tiempo de anunciar que está en curso un Sondeo de Opinión para conocer la percepción ciudadana con relación a tan importante tema que, de una u otra forma, afecta a todos.
DERRUMBE DE LAS EXPORTACIONES DE SOYA
Rodríguez explicó que la soya es “la reina de las exportaciones” y el principal cultivo comercial del país, recordando que en 2023 generó divisas por más de 1.750 millones de dólares por 3,2 millones de toneladas, sin embargo, hasta septiembre pasado el sector oleaginoso experimentó una baja de 523 millones de dólares y 708.000 toneladas, siendo previsible que esta caída supere los 650 millones hasta fin de año, frente a lo cual, lo mínimo que se esperaría de parte del Estado nacional, es que haya condiciones para la recuperación del sector. “Valoramos la aprobación de los eventos biotecnológicos HB4 e Intacta para apuntalar la siembra de la soya, y que se estén haciendo los esfuerzos necesarios para garantizar la provisión de diésel para terminar la cosecha de invierno y avanzar con la siembra de verano, pero ¿de qué servirá eso con predios agrícolas avasallados donde no se puede sembrar para la gran campaña de verano?”, cuestionó.
“Cuando se avasalla un predio productivo donde se siembra soya, en realidad no solamente se afecta a la producción de este grano, sino también, a los cultivos de rotación con la soya como son el trigo, maíz, sorgo, girasol, chía y la propia soya de invierno que se utilizará luego como semilla. La afectación es muy grande, pudiendo comprometer no solo la agroexportación, sino también, la seguridad alimentaria, por la merma de forraje para la producción de carnes”, explicó.
¿DE QUÉ SIRVE TANTO ESFUERZO DEL PRESIDENTE ARCE?
El máximo ejecutivo del IBCE mostró su gran preocupación por la inseguridad jurídica que hay en el agro. “Vemos al Presidente Arce yendo de aquí para allá, participando en Foros internacionales como MERCOSUR, BRICS, G20 y otros, queriendo promocionar al país, haciéndolo miembro de uno y otro bloque, seguramente buscando abrir mercados y captar inversiones, pero ¿de qué servirá todo eso, si es que en Bolivia no se garantiza la seguridad jurídica a la inversión nacional y extranjera en un sector tan importante como es el agro, donde está el mayor potencial productivo y exportador del país?”, cuestionó.
Fuente: Ibce