Bajo altos estándares internacionales y especial cuidado en controlar el sufrimiento animal, la planta se inauguró en Santa Cruz con la presencia del presidente Rodrigo Paz.
“Hoy inauguramos no solo una planta, sino una visión de país” Con esta palabras, Julio Enrique Anglarill, representante de la asamblea de socios de la empresa BOVINSA, inauguró esta planta frigorífica de última generación, ubicada en el kilómetro 42 de la carretera a Pailón (municipio de Cotoca, Santa Cruz) ante la presencia del presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, autoridades locales, socios e invitados especiales. Con una capacidad de faena diario de 400 reses, la planta cuenta con capacidad para procesar más de 250 toneladas de carne por turno, integrando sistemas de faena, desposte y empaque al vacío bajo estrictos estándares internacionales de inocuidad y trazabilidad, todo esto encaminado a la exportación.
Anglarill —quien preside la asamblea de BOVINSA, integrada por Grupo Bedoya, Grupo Empresarial Anglarill, Guabirá y Grupo Adler— informó que se realizó una inversión de Bs 30 millones, la que impactará primeramente en las poblaciones aledañas. El funcionamiento de la planta se inició generando 180 empleos directos, en su mayoría provenientes de las comunidades de Cotoca y Pailas, y su modelo de desarrollo inclusivo proyecta el beneficio directo de 600 familias con fuentes de trabajo.
BOVINSA funciona cuidando parámetros medioambientales —cuenta con una planta de tratamiento de aguas— y con infraestructura ética que cuida el bienestar del animal desde que llega a la planta. Al ingresar es hidratado y cuenta con un tiempo de descanso para disminuir su estrés. Para ello BOVINSA cuenta con 16 corrales diseñados en espina de pez, con una capacidad para 31 animales cada uno, totalizando hasta 496 reses diarias en la primera fase. Este manejo respeta al animal para evitar su sufrimiento y estrés, un proceso que a su vez mejora la calidad de la carne.
Una vez desensibilizado —un proceso rápido que desconecta la actividad neurológica de la res— este pasa por estrictos sistemas de faena, desposte (extracción de los huesos) y refrigeración o despacho. Todo el proceso está cuidadosamente controlado y monitoreado para una adecuada trazabilidad y para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada, garantizando la inocuidad de los productos finales.
“Hoy estamos ingresando al mercado nacional, garantizando carne de muy alta calidad, con la misma calidad que luego saldremos a los mercados internacionales”, auguró Vicente Sánchez Mora, Gerente General de BOVINSA.
Fuente: La Razón
