El economista y agrometeorólogo Luis Alberto Alpire realiza un análisis de la situación del sector agropecuario. prevé que en la campaña de verano 2025-2026 haya buena humedad para la siembra de los diferentes cultivos. Sin embargo, identifica que la falta de diésel, puede ser un factor en contra de los productores.
Santa Cruz es el corazón productivo del país y el principal sostén del futuro alimentario de Bolivia. Su producción de granos —soya, maíz y sorgo— es la base que sostiene las cadenas de proteína animal (cerdo, pollo, carne y leche) en todo el territorio nacional. Sin embargo, esta fortaleza enfrenta dos amenazas permanentes: los problemas de orden climático y, sobre todo, la ineficiencia del centralismo estatal, que continúa limitando la logística y el acceso oportuno al diésel.
Recordemos la crisis del año 2024 como una lección que no puede repetirse. La falta de diésel, sumada a condiciones climáticas adversas, provocó una caída sin precedentes en la producción agrícola. Los productores no pudieron completar la siembra ni la cosecha de los tres cultivos fundamentales, generando una pérdida generalizada que afectó no solo a los agricultores, sino a toda la cadena alimentaria del país.
Esa crisis dejó cifras contundentes. Se perdieron más de 2,3 millones de toneladas de granos y las exportaciones de soya y derivados cayeron de más de 2.000 millones de dólares en 2022 a apenas 1.000 millones en 2024. Esta merma no solo significó una pérdida de ingresos, sino también una grave reducción en la generación de divisas y un golpe directo a la seguridad alimentaria nacional.
La raíz del problema es el centralismo. Las decisiones sobre el suministro de diésel se toman lejos de Santa Cruz, en escritorios del poder central, sin considerar la urgencia productiva regional. Mientras la burocracia y los intereses políticos sigan priorizándose sobre la eficiencia, el riesgo de nuevas crisis continuará latente.
Campaña con buena humedad
A pesar de estas trabas del centralismo, el horizonte inmediato se muestra más prometedor. La campaña agrícola de verano 2025-2026, la más importante del ciclo anual, contará con buena humedad y un régimen de lluvias favorable, gracias a la neutralidad climática, sin influencia de El Niño ni La Niña. Esto permitirá un desarrollo normal de todo el ciclo vegetativo de la siembra de soya, maíz y sorgo, con un potencial estimado de 1.5 millones de hectáreas, lo que representa una oportunidad para recuperar el potencial productivo de Santa Cruz y consolidar su papel como garante del alimento y del desarrollo económico de Bolivia.
Fuente: Luis Alberto Alpire, agrometeorólogo
