Las malezas en la soya son una constante preocupación de los productores, toda vez que las mismas son la primera actividad para establecer los cultivos y garantizar el rendimiento.
Con la intención de ayudar a disminuir los daños al cultivo de soya en la campaña de verano 2024-2025, el experto en control de malezas Pablo Franco, ingeniero agrónomo, y responsable Técnico de BASF, en entrevista extensa con Agro Sinergia, se refiere a algunos puntos importantes que deben tomar en cuenta los productores. Entre ellos hace énfasis de hacer un control en abril para tener un campo de soya limpio en la campaña de verano, además de tomar en cuenta los primeros 30 días de cultivo para controlar las malezas.
Pablo Franco indicó que la siembra directa es un sistema de producción que permite al productor tener más seguridad para la cosecha debido a las condiciones cambiantes de clima en diferentes zonas de producción.
Recomienda a los productores hacer un buen manejo de malezas antes de establecer el cultivo de soya, toda vez que hay malezas que sobreviven en el barbecho y luego son difíciles de controlar en el cultivo.
Franco recuerda que el glifosato ya no es el mismo desde hace 15 años, porque hay malezas que ahora no son controladas con el herbicida.
Malezas difíciles de controlar y resistentes a herbicidas
Indicó que entre las malezas difíciles de controlar hoy en día por el herbicida glifosato están Chiori, Maicillo, Orizahá, Arrocillo, Pata de Gallo.
“Antes estas malezas eran fáciles de tratar con el glifosato, pero ahoya ya no. Además, han aparecido malezas tolerantes o resistentes al glifosato como la Golondrina que afecta en la zona Norte y Este del departamento”, recordó Franco.
Agregó que la maleza Golondrina ha cambiado todo el esquema de manejo, porque no hay muchos herbicidas que funcionen bien para su control; algo que se observa en los campos soyeros y paradójicamente, la rotación de cultivos contribuye a su aumento.
Manejo anticipado: Malezas sobreviven en el invierno
Indicó que las malezas Golondrina, Orizaha y Hierba Caliente sobreviven en el invierno; y por eso es importante que los productores y técnicos se esmeren en hacer un buen control en abril para que los manejos de barbecho sean más eficientes en las campañas de invierno y verano, de manera que hacer una siembra mejor organizada logísticamente.
“Debemos controlar las malezas en abril para establecer un campo limpio. Eso permite además hacer un manejo adecuado a largo plazo porque durante la campaña de verano serán más fáciles de controlar”, expresó Franco.
Añadió que las malezas perennes o bianuales (las que duran más de un año en el suelo), es importante controlarlas en el mes de abril, donde hay humedad y están enviando energía a las raíces para sobrevivir en el invierno y primavera. Hacer el control en esta época permitirá al productor mejor control en el verano porque luego vienen las lluvias y la época de siembra. donde se hace complicado hacer un control efectivo de malezas desarrolladas en el invierno.
Control en la campaña de verano: uso de mezclas sinérgicas
Manifestó que al momento de control de malezas de hoja ancha es importante que los productores lo hagan con herbicidas como son 2,4-D; toda vez que hay pocos casos de malezas resistentes a este herbicida. Si nuestra principal maleza es Chiori debemos utilizar 2,4-D porque Fluroxipir no proporciona un control eficaz.
“Hay que dar el primer golpe a las malezas con un herbicida que se llama Hormonal como 2,4-D para controlar Chiori, Golondrina y malezas de hoja ancha como Conyza, Malva, Santa Lucía y Hierba Caliente”, indicó Franco, quien agregó que dicho control debe realizarse a fines de octubre o noviembre antes de iniciar la siembra de verano.
Manifestó que después de 15 días se debe hacer otro manejo con productos de contacto para que sequen las malezas que parcialmente controladas.
“Los mejores herbicidas de contacto que están funcionando son a base de saflufenacil, Flumioxazin y glufosinato de amonio, éstos van a completar el control que dejó avanzado 2,4-D”, indicó, quien agregó que eso permitirá al productor sembrar soya en octubre o noviembre con tranquilidad porque hicieron un manejo anticipado. Las mezclas de glufosinato +saflufenacil son recomendables porque ayudan al primero en el control de Chiori, Conyza y Camotillos; adicionalmente permite una aplicación en condiciones de humedad relativa más baja. El efecto sinérgico de ambos herbicidas significa, desde el punto de vista de manejo de resistencia, el tener otro sitio de acción que no es el primero o el segundo, si no uno nuevo.
El profesional también comentó que antes de la siembra se pueden utilizar herbicidas pre-emergentes, eso ayuda si hay una campaña lluviosa porque permite aplicar con tranquilidad los herbicidas post-emergentes en los campos donde no se hizo aplicó. El objetivo más importante del uso de los herbicidas pre-emergentes es que son más efectivos y seguros en casos de malezas resistentes a glifosato como Chiori, Pata de gallo y Arrocillo.
Franco comentó que actualmente hay variedades de soya de ciclos más cortos, lo cual significa que el control de malezas se puede hacer en los primeros 30 días. Si son variedades de más de 120 días podría esperarse entre 15 a 20 días para controlar las malezas. Este es otro motivo porque los herbicidas pre-emergentes son necesarios.
Malezas en la Chiquitania
Pablo Franco dio a conocer que, en la Chiquitania, nueva zona productiva también existe problemas de malezas en el cultivo de soya, donde se han observado malezas como Golondrina y una especie de Chiori (Amaranthus spinosus) diferente a las existentes en las zonas Este y Norte. Se encuentran también Malva Taporita, la especie Sida santaremnensis.
“En la Chiquitania las malezas tienen sus características particulares. En la Chiquitania, el control de los retoños de arbustos y bejucos es difícil. También hay mucho Camotillo en algunas áreas donde se ha desmontado”, indicó.
En ese entendido, recomienda hacer un manejo con herbicidas hormonales, en este caso 2,4-D; que son los más efectivos. De igual manera debe trabajarse con productos de contacto en la segunda aplicación. Además de trabajar con herbicidas pre-emergentes, tomando en cuenta que en la Chiquitania ha llovido bastante en los últimos días.
Se estima que en la Chiquitanía se cultivan alrededor de 200 mil hectáreas de soya y maíz; principalmente en los municipios de San Ignacio de Velasco y San Javier.
El ingeniero Franco observa que, si bien la Chiquitania tiene suelos manejables desde el punto de vista físico, su limitante es la acidez del suelo, de nutrientes y sobre todo fósforo. Esto condiciona la prevalencia de ciertas malezas adaptadas a esas condiciones de suelo.
Sostenibilidad del manejo de malezas
En los últimos años se está viendo la tendencia a reducir una aplicación de glifosato en barbecho, consecuencia de la aparición de herbicidas alternativos que son más efectivos para las malezas presentes en los campos, como las que hemos citado arriba. Es necesario evaluar en cada caso si vale la pena agregar glifosato. Diversificar los herbicidas y mezclas son estrategias que debemos utilizar haya o no resistencia.
Las malezas son resultado de las características químicas y físicas del suelo, así como de las prácticas de manejo. Por otro lado, vemos que los herbicidas no son suficientes para el manejo efectivo de malezas, los cultivos de cobertura permitirán una mayor vida de los herbicidas que tenemos, ya que no se han agregado nuevos sitios de acción para el control de malezas. Otra contribución para los herbicidas sin entrar a citar los beneficios para el cultivo, es mejorar la flora microbiana del suelo que metabolizan los herbicidas para una menor persistencia en el suelo y su efecto a cultivos sucesivos.
Fuente: Agro Sinergia con colaboración de Pablo Franco