El sector pecuario se declara en emergencia ante los bloqueos registrados en carreteras del departamento de Santa Cruz. Los productores lecheros y avícolas expresaron su preocupación por las pérdidas económicas que vienen atravesando durante los últimos días. Exigen al Gobierno nacional garantice el libre tránsito.
La Federación Departamental de Productores de Leche (FEDEPLE), a través de su presidente Eduardo Cirbian Vaca Díez, dio a conocer un comunicado de la entidad lechera, en la cual exigen el libre tránsito en carreteras y rechazan la cultura del bloqueo. El comunicado indica que el bloqueo está llevando al abismo al sector pecuario y muy especialmente a la “cadena productiva de la leche”, que es altamente perecedera y tiene que ser transportada diariamente a la industria y posteriormente a su comercialización.
El comunicado señala también que por la gravedad del impacto socioeconómico al sector lechero departamental y nacional, los productores asociados a Fedeple, rechazan los bloqueos y exigen al Gobierno nacional extremar las gestiones necesarias para garantizar el libre tránsito de la producción de leche en el departamento.
El presidente de Fedeple, indicó que los productores lecheros pierden alrededor de Bs 360 mil al día, toda vez que la cuenca de Yapacaní y Buena Vista, se comercializa alrededor de 120 mil litris de leche diariamente.
La Asociación de Avicultores de Santa Cruz (ADA), la Asociación de Pequeños Avicultores del Norte Integrado (ASIPANI), la Asociación de Avicultores de Portachuelo (AVIPORT) y la Asociación de Avicultores Parrilleros de Santa Cruz (AVIPAR) hicieron conocer su pronunciamiento respecto a los bloqueos.
Pronunciamiento de avicultores
La cultura del bloqueo no deja ningún beneficio. Muchos piensan que el único afectado es el pasajero que se transporta vía terrestre, sin embargo, afecta y perjudica de sobremanera el normal desempeño de todas las actividades productivas.
La falta de atención oportuna a las demandas de los diferentes sectores por parte de las autoridades contribuye a este tipo de medidas extremas, que al final y al cabo generan perjuicios y afectaciones a los movilizados, a la población y a los productores en su conjunto.
Las pérdidas son cuantiosas: muerte de aves (pollos y pollitos) al ser transportadas, huevos que se dañan/quiebran y fletes más caros ya que los transportistas deben buscar rutas alternas y en esta demora sucede lo mencionado.
Productos que deben ser vendidos a precios inferiores al costo ya que no pueden llegar a centros de abasto, incremento en los costos porque hay que aguantar y seguir alimentando a las aves en granja pese a estar en peso ideal de venta, y aves que sufren en granjas por falta de alimento.
Los riesgos y perjuicios son enormes: interrupción en la distribución de pollitos bebé hacia las granjas de engorde y de postura ya que en Santa Cruz se produce el 95% de la genética que se distribuye dentro y fuera del departamento; interrupción en el abastecimiento de los insumos necesarios para la alimentación, sanidad y equipamiento de las granjas ocasionando gastos adicionales que elevan los costos de producción; asimismo, la interrupción de los canales de distribución de carne de pollo y huevos a los centros de abasto en todo el país distorsionando el equilibrio entre la oferta y demanda de productos avícolas que repercute en el comportamiento de precios finales.
Vemos que esta la cultura del bloqueo está haciendo inviable el país, está arrastrando al abismo a nuestra producción y a nuestra economía.
El esfuerzo y sacrificio del avicultor para producir alimentos no está siendo valorado por las autoridades. Todo sector productor de alimento tiene que ser considerado de prioridad nacional por su impacto económico, social y en la seguridad alimentaria del país.
Exigimos a los gobiernos central y departamental extremar esfuerzos y, con tolerancia y amplitud, buscar una pronta solución sin afectar a los acuíferos porque nosotros como productores y población los necesitamos. A los sectores movilizados llamarlos a la reflexión para que puedan dar un cuarto intermedio de 30 días para que las mesas técnicas puedan seguir trabajando sin presión.