El secretario de Agricultura, Fernando Vilella, le hizo honor a su declarada devoción por la bioeconomía desde el primer día del año nuevo: este martes 2 de enero se publicó en el Boletín Oficial una resolución que con su firma habilitó las primeras levaduras genéticamente modificadas en la Argentina. Se trata de innovaciones logradas por la multinacional de los ingredientes Danisco que se utilizan para mejorar la producción de bioetanol a partir del maíz.
La Resolución 3/2023 firmada por Vilella autoriza la comercialización de la levadura Saccharomyce cerevisiae cepas GICC03486 (GPY10009) y GICC03506 (GPY10023), ambas con capacidad mejorada para la producción de bioetanol a partir de la fermentación de granos, solicitada por la firma Danisco Argentina SA”. Es decir que, a partir de esta resolución, la industria dedicad a la elaboración de ese biocombustible podrá utilizar estas levaduras OGM.
Vilella, ex decano de la Facultad de Agronomía de la UBA, y que durante años estuvo al frente de una cátedra de Bioeconomía (es el nombre que incluso pretende darla a la Secretaría de Agricultura en el gobierno del libertario Javier Milei), con esta resolución inauguró una nueva etapa en la era de la biotecnología de la Argentina, que comenzó en 1996 con la autorización de la soja RR y ya acumula más de 80 eventos aprobados, pero siempre cultivos, en especial soja y maíz, y jamás un organismo vivo como las levaduras, que finalmente son hongos muy pequeños o microorganismos.
En ese caso, esas levaduras desarrolladas por la multinacional Danisco, especializada en todo tipo de ingredientes alimenticios en todo el mundo, servirán para optimizar el proceso para el proceso industrial para la elaboración de bioetanol, que es el biocombustible usado para el corte obligatorio de las naftas al 12% y que se pueden producir a partir de materias primas ricas en azúcares (como la caña de azúcar) o de productos que puedan fácilmente convertirse en azúcar, como el almidón (en este caso de maíz).
Vilella ha sido siempre un declarado promotor de los biocombustibles y del agregado de valor a los cultivos en su zona de origen. Por lo tanto, debe haber tomado de buen agrado esta decisión que inaugura una nueva etapa en la relación de la Argentina con la biotecnología agrícola.
De todos modos, no hizo un gesto precipitado ni mucho menos, ya que el trámite para la aprobación de ambas levaduras transgénicas de Danisco ya había pasado por las sucesivas instancias de evaluación que impone el Estado Argentino a este tipo de innovaciones. Esos trámites habían prosperado con la anterior gestión, pues se concluyeron varios meses antes del 10 de diciembre y el cambio de gobierno. Solo faltaba la firma del secretario.
El único punto de eventual conflicto sería que su nombrado subsecretario de Agricultura es Germán Di Bella, un cordobés que proviene de la industria del bioetanol, pero que no tuvo ninguna participación en el expediente. De hecho, su designación formal en el cargo ni siquiera se ha publicado en el Boletín Oficial.
Así, la cepa GICC03486 (GPY10009) había sido analizada por la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) que concluyó que “de esta evaluación se concluye que no implica un riesgo adicional para el agroecosistema respecto a su variante no modificada FerMaxTM Gold para el uso previsto en la producción industrial controlada de bioetanol”.
También el Senasa, se había expedido en mayo pasado: “De acuerdo con lo anteriormente descripto, y teniendo en cuenta el conocimiento científico disponible y los requisitos y criterios internacionalmente aceptados, se concluye que la levadura Saccharomyces cerevisiae Cepa GICC03486 (GPY10009) inactivada, presente en el DDGS derivado del proceso de producción de etanol, es apta para el consumo animal”, fue lo que determinó su análisis.
También fue favorable la interpretación de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, que debería analizar los impactos comerciales de este tipo de Organismos Vegetales Genéticamente Modificados (OVGM) de uso agropecuario. No parece haber riesgo. A diferencia de otros transgénico polémico, como fue el trigo HB4 de Bioceres, que había sido aprobado solo en Argentina, hay que decir que estas levaduras tienen ya autorización en otros países productores de bioetanol, fundamentalmente Brasil. La Comisión Nacional Técnica de Bioseguridad se manifestó sobre estos eventos de modo favorable en febrero de 2019.
Así las cosas, lo que hizo esta gestión es concluir la aprobación de la autorización comercial de la levadura Saccharomyce cerevisiae, cepas GICC03486 (GPY10009) y GICC03506 (GPY10023),que presentan capacidad mejorada de producción de bioetanol a partir de la fermentación de granos. Además, de manera secundaria, la burlanda derivada del proceso industrial podrá ser utilizada como alimento para ganado.
Ahora la firma Danisco Argentina SA quedó habilitada para comerciar estas levaduras especiales en el país, aunque “deberá suministrar en forma inmediata a la autoridad competente toda nueva información científico-técnica que surja sobre las levaduras”.
Fuente: Bichos de Campo