La maleza parásita del girasol que afectó bastante el año 2024 en campos de San Julián debe ser tratada adecuadamente. Un experto en control de malezas recomienda a los productores tomar en cuenta tres aspectos importantes, para disminuir daños el girasol en la campaña de invierno 2025.
Se estima que en la zona de San Julián alrededor de 10.000 hectáreas de girasol fueron afectadas por la maleza parásita de girasol. Las pérdidas pueden llegar hasta el 100% del cultivo.
Recordemos que en agosto del año 2024 se conformó el Comité Regional de Emergencia Fitosanitaria (CREF), por profesionales de instituciones públicas y privados para trabajar un plan de contingencia en las zonas afectadas por la maleza parásita del girasol.
Pablo Franco, ingeniero agrónomo y experto en control de malezas, es uno de los profesionales que viene trabajando y aportando con sus conocimientos para sacar un documento técnico, que permita a los productores estar preparados para encarar la campaña de invierno en el cultivo de girasol durante este 2025.
En entrevista con Agro Sinergia, Franco se refiere a tres aspectos importantes que deben tomarse en cuenta para minimizar daños por la maleza parásita del girasol.

Se presume que el Jopo hubiera ingresado a través de las maquinarias
Franco explicó que la maleza parásita del girasol conocida como “Jopo” es originaria de países de Europa, por lo cual se presume que la maleza llegó a Bolivia a través de las maquinarias, cosechadoras. Indicó que la semillas de está maleza tiene la afinidad de adherirse a metales como si tuviera una carga negativa y tiende a quedarse en las maquinarias.
“Es muy probable que las semillas hubieran ingresado a Bolivia a través de las maquinarias. En Bolivia se utilizan híbridos de girasol desarrollados en Argentina, donde no hay la maleza parásita. Por eso es muy improbable que hubiera ingresado el Jopo a través de semillas, además que las semillas tienen un proceso de producción que pasa por muchos controles”, explicó Franco.
Recordó que en sus inicios el girasol era un cultivo fácil de trabajar porque no había plagas, ni malezas importantes. Luego apareció la enfermedad Esclerotinia y posteriormente los pájaros que diezmaron la producción.
Sin embargo, a pesar de esto los productores siguieron apostando por el girasol como un cultivo de rotación y de generación de ingresos.
Franco indicó que desde el 2024 la maleza el “Jopo” afectó seriamente al girasol en la zona Este, específicamente en San Julián, donde el cultivo bajó su rendimiento.
El profesional comentó que en las zonas afectadas (San Julián), se observó que la maleza “Jopo” va atacando del borde del lote, lo cual indica que la semilla entró al campo a través de maquinarias.
Aunque también puede haber llegado con el viento, porque hay zonas con girasol afectadas al medio del campo.

Por qué la maleza entró a San Julián y no a tras zonas
Franco explicó que la maleza “Jopo” necesita estar en contacto con la raíz del girasol, entonces cuando se prepara el terreno es ahí que infecta al girasol y empieza a salir por encima del cultivo en los 25 a 30 días.
Indicó que el daño de la maleza parásita es más fuerte en suelos arenosos y con sales. Por eso cuando los campos están más apegados al río la infestación al girasol es mayor. Pero en suelos más pesados con mayor fertilidad el daño es menos.
“Por tanto en la siembra directa es menos probable que infecte está maleza parásita porque se va quedar encima y no en la raíz”, explicó.
Dio a conocer también que, en el estudio de la temperatura del suelo con datos de estaciones meteorológicas de PROFEL, se detectó que a mediados de abril y todo mayo la temperatura del suelo bajó a menos de 25 grados y con lluvias constantes. Es decir que esa es la condición ideal para que la semilla del “Jopo” germine.
Posteriormente a partir de agosto disminuyó la afectación de la maleza, que es cuando aumentó la temperatura en San Julián, zona afectada.
Los tres puntos importantes de control de la maleza “Jopo”
Elprofesional detalló que para minimizar daños al cultivo de girasol por la maleza el “Jopo”, se identificaron tres puntos a tomar en cuenta: a) Híbridos de girasol resistente al Jopo, b) Híbridos con resistencia a herbicidas Imidazolinonas o girasoles Clearfield y c) Rotación con Cultivos Trampa.
Franco detalló que, en el primer caso, existen girasoles resistentes a la maleza parásita de girasol en países de Europa, donde no puede penetrar en la raíz.
Comentó que en Europa el “Jopo” se volvió más agresivo y comenzaron a aparecer razas más agresivas; por lo tanto, las empresas han ido generando otros híbridos más resistentes y con otros genes. Está tecnología todavía no hay en Bolivia, misma que recién pueden estar en nuestro país en dos a tres años porque previamente deben realizarse ensayos en campo para conocer su adaptabilidad y productividad. Comentó que las empresas empezarán este 2025 a realizar pruebas en campo con girasoles resistentes al Jopo, pero previamente se debe trabajar en híbridos que sean adaptados en Bolivia.

En el segundo punto, se necesitan Híbridos con resistencia a herbicidas Imidazolinonas o girasoles Clearfield. Esta tecnología fue traída a Bolivia para controlar malezas perennes principalmente gramíneas que permanecían activas en el invierno y dificultan el establecimiento de la soya en verano. En el mundo prácticamente todos los híbridos que se generan tienen esta tecnología que tiene un grado de adopción del 80% en Argentina y casi un 100 % en Europa.
Los herbicidas para ser usados en estos híbridos están disponibles en Bolivia y tiene un control excelente de la maleza parásita. Entre los herbicidas tenemos Imazapir e Imazethapir.
Los herbicidas no deben utilizarse como la única herramienta de control porque su vida puede ser corta.
El tercer aspecto recomendado por el experto Franco es hacer cultivo de trampa en zonas infectadas por la maleza, principalmente sembrar maíz. También recomienda la pastura braquiaria, que ayudan en la disminución de la semilla del «Jopo». El sorgo no es un buen estimulante de la germinación suicida de la maleza Jopo.
“Es importante sembrar maíz en la época que más germina el Jopo, es decir desde abril hasta junio en terrenos infectados. No podemos confiarnos solo en los químicos”, manifestó.
El rendimiento promedio de girasol en condiciones normales es de 2 a 2,5 toneladas por hectárea. Con toda la tecnología que se está desarrollando para el cultivo, Bolivia podrá mantener o superar los niveles de productividad por un mejor control de malezas con, con tecnología que consoliden los altos contenido de aceite en el grano y un mejor manejo de otras plagas.
Fuente: Agro Sinergia con la colaboración de Pablo Franco