Se espera que entre Fridosa, Frigor y BFC aporten, por día, unas 300 reses y que la venta sea a Bs 23,5 el kilo gancho. Carniceros observan que Santa Cruz consume cada día unos 2.000 bovinos y piden que la carne barata llegue a todos los mercados.
Con el objetivo de dar un respiro al bolsillo de la población, el Gobierno acordó con la industria cárnica del país bajar el kilo gancho a Bs 23,5 (se llegó a vender hasta en Bs 27) para que de esta manera el precio al consumidor final también tengo una rebaja.
Grover Lacoa, viceministro de Comercio y Logística Interna, informó que se pactó con la empresa privada Frigorífico del Oriente S.A. (Fridosa), para que puedan dotar diariamente unos 25.600 kilos (alrededor de 100 reses) para ser distribuidos en los mercados de Santa Cruz, Cotoca, Luján, San Antonio, Los Lotes, Abasto, Villa Primero de Mayo, Los Pocitos, La Pampita, La Ramada, Abasto, Los Pozos, Plan 3000, Mutualistas, Retoño y Primero de Marzo.
Similar acuerdo se firmó con el frigorífico BFC, el cual -según Lacoa- deberá contribuir con otros 25.600 kilos. También la autoridad sostuvo que se llegó a similar acuerdo con Frigor. Por lo que se estima que serán unas 300 reses que la industria del sector de la carne pondrá a disposición “por uno, dos o tres días o hasta que el precio se regularice”.
Lacoa sostuvo que el martes se llegó a 15 mercados de la ciudad y que ayer la cifra subió a 21 puntos de venta.
Sobre el acuerdo, Nathalia Schock, jefe de marketing de Fridosa, indicó que el acuerdo con el Gobierno, “es un esfuerzo que hizo la industria para abastecer la demanda de nuestro mercado más importante, Bolivia”, a tiempo de precisar que “los precios de los cortes se refieren al kilo gancho”.
Para Elva Liz Martínez, representante legal de BFC, la solicitud excepcional que solicita el Gobierno se va a traducir en 100 reses para el abastecimiento interno que “por problemas ambientales se vieron afectados”.
“Estamos dispuestos a colaborar y a reforzar nuestra responsabilidad social y comercial como habitualmente lo venimos haciendo”, precisó Martínez.
Al respecto, Gonzalo Serrudo, ejecutivo de la Federación de Carniceros de Santa Cruz (Federcruz), indicó que “esperan que se cumpla los precios anunciados” y puntualizó que mínimamente la carne a menor precio debe cubrir el 50% de la demanda.
“En Santa Cruz, la demanda diaria es de unos 2.000 animales. Destacamos el trabajo que se está haciendo, pero es necesario que el producto llegue a los 84 mercados, para así de acá a 30 días se tenga un resultado positivo en beneficio de la población”, sostuvo Serrudo.
Sobre la cantidad de carne “barata” que se pone a disposición un exgerente de una de las industrias cárnicas, que pidió no ser identificado precisó que es “una cantidad ínfima en relación al consumo diario que se da en el departamento”.
También hizo notar que estos cupos a menor precio no van a tener ningún efecto negativo en las exportaciones que realizan las empresas ya que en 2023 las ventas al exterior fueron de unas 50.000 toneladas que generaron alrededor de $us 200 millones.
Oferta y demanda
La Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), consultada sobre el tema, rechazó la fijación de precios porque consideran que los mismos deben estar en función de la oferta y la demanda.
“En un mercado libre, los precios tienden a equilibrarse de acuerdo con la oferta y la demanda. El precio está fijado por todos los componentes de la cadena cárnica y no somos ajenos a la situación inflacionaria de todo el país”, dice parte del documento.
El mismo agregó que el control de precios “genera distorsiones” porque impide que los valores se ajusten de manera natural según la oferta y demanda. Por lo tanto, esto limita la capacidad del mercado para reflejar con precisión las condiciones reales y afectan la eficiencia de la economía.
Por otro lado, los ganaderos destacaron que la seguridad alimentaria en Bolivia está asegurada a largo plazo.
“La oferta permanente de producción nacional de carne bovina es de más de 347.000 toneladas. Esta cifra nos deja más de 50.000 toneladas de excedente al requerimiento nacional. El crecimiento del hato bovino (3%) es el doble que de la población humana (1,4%)”, finalizó el documento.
Javier Landívar, vocero del Colegio de Veterinarios de Santa Cruz, recordó que los cortes de la carne de primera se quedan en Bolivia porque se paga mejor por ellos en el mercado local, en tanto que a China es carne industrial.
“Lo que en realidad se queda es la carne de primera y lo que se va son las carnes industriales. (China) no compra carne para ponerla sobre la mesa como un bife o una punta de S, sino que la procesan. Entonces, al ser carne procesada no pagan el precio que vale como, por ejemplo, una pollerita o un lomito”, explicó Landívar.
También manifestó que la exportación de carne no es ni el 12% de la producción total de la carne de ganado bovino en Bolivia. Esto significa, continuó, que se tienen cifras ínfimas de la carne que se van de exportación.
Agregó que no solamente Bolivia, en la región latinoamericana, está atravesando problemas debido a las fluctuaciones en el precio de la carne de ganado bovino, sino también en varios países vecinos.
“Las épocas de lluvia, donde hay abundantes pastos y demás, tenemos un bajón en el precio que se le paga al ganadero porque hay harto ganado disponible para la faena. En este caso, sigue saliendo ganado, pero no tanto como el año pasado, aunque se demuestre que este año se ha vendido más ganado para la faena que el año pasado”, acotó Aguilera.
Alejandro Díaz Salek, ganadero y expresidente Fegasacruz, observó el anuncio del Gobierno y recordó que, en los últimos años, el consumo promedio diario de carne bovina es 700.000 kilos, que equivale a 700 toneladas del producto.
“Y el Gobierno pretende regular el mercado con 25.000 kilos, algo que no es viable”, puntualizó Díaz.
El extitular de los ganaderos cruceños descartó que se busque frenar las exportaciones porque ya existen contratos para el envío del producto para su venta.
Añadió que la solución tiene que ser el modificar el sistema de distribución de carne en Bolivia y puso como ejemplo su propuesta de 2021.
“El tema es pasar de un sistema de carcasas a una industria frigorífica en las cuales se procesen las reses y se hagan los cortes como los hacen en transportación”.
Fuente: El Deber