En 2024 el 38,3% de las tierras de producción forestal permanente en el departamento de Santa Cruz han sido devastadas por incendios y el 45,1% de las tierras forestales sufrieron afectaciones por el fuego
La Cámara Forestal de Bolivia rechazó cualquier intento de justificar el cambio de uso de suelo en áreas afectadas por incendios forestales. En Santa Cruz el 38,3% de las tierras de producción forestal permanente han sido devastadas por incendios y el 45,1% de las tierras forestales con Autorizaciones Transitorias Especiales (ATE) fueron afectadas por el fuego.
Pedro Colanzi, presidente de la entidad maderera, manifestó que el fuego no elimina la vocación forestal de la tierra, por lo tanto, estas zonas deben ser restauradas y protegidas para garantizar la sostenibilidad ambiental y económica del país.
Existe preocupación en el sector forestal porque, históricamente, los incendios han sido utilizados como una excusa para convertir tierras forestales en áreas agrícolas o ganaderas.
“Permitir estos cambios fomentaría directamente las quemas ilegales y aceleraría la degradación de nuestros ecosistemas”, advirtió Colanzi.
El año pasado, en Santa Cruz, los incendios arrasaron con 6,2 millones de hectáreas, que equivalen a ese 38,3% de los 16,4 millones de hectáreas de Tierras de Producción Forestal Permanente (TPFP).
Una de las zonas más afectadas fue el Área Natural de Manejo Integrado (AMNI) San Matías, donde el 33% del área ha sido agredida por el fuego.
Por otro lado, expertos señalaron que los incendios afectan en gran medida la estructura y fertilidad del suelo, pero esto no significa que deban convertirse en terrenos agrícolas o ganaderos.
Ricardo Suárez Mejía, ingeniero agrónomo y máster en suelo y nutrición de plantas por la Universidad Federal de Viçosa en Brasil, explicó que el fuego consume la materia orgánica del suelo, eliminando la capa de hojas y rastrojo (restos de tallos y hojas) que protegen contra la erosión y mantiene los nutrientes esenciales.
“Cuando la vegetación se quema, lo que queda son cenizas con minerales que pueden ser arrastrados por la lluvia, causando una pérdida severa de fertilidad”, detalla Suárez. Sin embargo, el experto destaca que la resiliencia natural de estos ecosistemas permite su regeneración si se aplican estrategias adecuadas de restauración y manejo sostenible.
Desde el punto de vista científico, el uso de la tierra debe definirse por su aptitud natural y no por eventos como los incendios. “Los suelos forestales cumplen funciones ambientales clave, incluso después de haber sido quemados. En muchas zonas, la topografía accidentada y la baja profundidad del suelo hacen inviable su conversión en áreas agrícolas o ganaderas”, manifestó Suárez.
El especialista advierte que un cambio forzado de uso del suelo, sin respaldo técnico, puede generar efectos devastadores en la biodiversidad, el ciclo del agua y la capacidad productiva del ecosistema. “Si destruimos estas áreas sin una planificación adecuada, el impacto ambiental y social será irreversible”, concluyó.
Fuente: CFB