Entre enero y junio de 2024, el sector agropecuario argentino ha generado un estimado de US$ 2.660 millones en derechos de exportación (DEX) para el tesoro nacional. Este significativo aporte representa un incremento del 160% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se recaudaron US$ 1.153 millones. Este aumento en los ingresos refleja una recuperación parcial del sector, impulsada por factores como el aumento en los volúmenes de exportación y las mejoras en los precios internacionales de los productos agropecuarios.
No obstante, al hacer una comparación con los años anteriores, se observa que el aporte de 2024 sigue siendo inferior a los US$ 4.000 millones recaudados en el mismo período de 2021 y 2022. Este descenso se puede atribuir a varios factores. Primero, los volúmenes de grano exportados en aquellos años fueron significativamente mayores, lo que se tradujo en ingresos más altos. Además, los precios de exportación durante esos años eran más favorables debido a las condiciones del mercado internacional y la demanda de productos agrícolas argentinos.
Es importante destacar que, aunque el incremento en los derechos de exportación en 2024 es notable, el sector agropecuario enfrenta desafíos persistentes. Entre estos se incluyen las fluctuaciones en los precios internacionales, la variabilidad climática y las políticas internas que afectan la competitividad del sector. A pesar de estos desafíos, el sector agropecuario argentino continúa desempeñando un papel crucial en la economía nacional, no solo como generador de divisas sino también como motor de desarrollo regional y empleo.
El desempeño del agro argentino en los primeros seis meses de 2024 subraya la importancia de implementar políticas que fortalezcan la sostenibilidad y competitividad del sector. Inversiones en infraestructura, tecnología y prácticas agrícolas sostenibles pueden contribuir a mitigar algunos de los desafíos actuales y potenciar el crecimiento futuro. La capacidad del sector para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y aprovechar las oportunidades globales será fundamental para su contribución continua a la economía del país.
Tras la histórica sequía que afectó a Argentina durante la cosecha de granos 2022/23, provocando una pérdida productiva de más de 50 millones de toneladas, el ciclo 2023/24 muestra una notable recuperación productiva. Sin embargo, esta recuperación se enfrenta a un desafío significativo: la caída de los precios internacionales. En el primer semestre de 2024, los precios FOB oficiales del poroto, harina y aceite de soja estuvieron considerablemente por debajo de los precios promedio del mismo período en 2023 y 2022.
Este descenso en los precios internacionales tiene repercusiones directas en la economía agrícola de Argentina. La recuperación post-secuencia, aunque alentadora en términos de volumen de producción, no se traduce en una mejora proporcional de los ingresos. La recaudación por Derechos de Exportación (DEX) se ve afectada, ya que, a pesar del aumento en el volumen exportado, los ingresos no alcanzan los niveles esperados debido a los precios deprimidos en el mercado global.
El impacto de la caída de los precios internacionales no se limita únicamente a la soja, sino que también afecta a otros productos agrícolas clave para Argentina. La tendencia a la baja en los precios internacionales plantea desafíos adicionales para los productores, quienes deben equilibrar los costos de producción con los ingresos obtenidos en un contexto de precios más bajos. Esta situación exige estrategias de eficiencia y adaptación para mitigar el impacto económico y mantener la competitividad en el mercado internacional.
En resumen, aunque la recuperación productiva es un indicio positivo tras la sequía histórica, la caída de los precios internacionales representa un obstáculo significativo para la economía agrícola de Argentina en el primer semestre de 2024. La capacidad de los productores para adaptarse a este entorno desafiante será crucial para sostener la recuperación y garantizar la viabilidad económica a largo plazo.
El complejo soja ha registrado un notable incremento en las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) durante el primer semestre de 2024, alcanzando un total de 16,2 millones de toneladas. Este aumento es significativo en comparación con las 10 millones de toneladas registradas en el mismo periodo del año anterior, 2023. A pesar del crecimiento, el volumen actual todavía no alcanza los niveles observados en años anteriores, tales como las 18 millones de toneladas en 2022 y las 22 millones de toneladas en 2021.
La recuperación en las DJVE del complejo soja refleja una mejora en el volumen de exportación de productos derivados de la soja, indicando una tendencia positiva en el sector agroexportador argentino. Sin embargo, los precios más bajos de los productos a nivel internacional han limitado el impacto positivo que este aumento en volumen podría haber tenido en la recaudación fiscal. El aumento de las DJVE es una señal alentadora para el sector, aunque las presiones impositivas, especialmente por los Derechos de Exportación (DEX), siguen siendo un desafío considerable.
La dinámica de las DJVE sugiere que, aunque la producción y exportación de soja están en una trayectoria ascendente, los factores macroeconómicos y las políticas fiscales continúan influyendo en la rentabilidad del sector. La comparación con los años precedentes pone de manifiesto la volatilidad del mercado y la necesidad de estrategias adaptativas para maximizar las oportunidades de exportación.
En resumen, el primer semestre de 2024 ha mostrado una recuperación en la cantidad de DJVE del complejo soja, lo que es un indicio positivo para el sector agrícola argentino. No obstante, el impacto financiero de este aumento se ve mitigado por los precios internacionales más bajos y las altas cargas fiscales, subrayando la importancia de un entorno económico y regulatorio favorable para sostener y mejorar la competitividad de las exportaciones argentinas de soja.
Basándose en los volúmenes de exportación actuales y los precios FOB vigentes, se proyecta que el aporte total por Derechos de Exportación (DEX) de los principales complejos agropecuarios argentinos alcance la significativa cifra de US$ 6.170 millones para el año 2024. Este monto representa más del doble de lo recaudado en 2023, lo cual indica una notable recuperación en comparación con el periodo anterior. Sin embargo, es crucial destacar que esta proyección aún se encuentra considerablemente por debajo de los niveles alcanzados en 2021 y 2022.
Estas estimaciones se fundamentan en la distribución promedio de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de las últimas cinco campañas. A lo largo de estos años, se ha mantenido una tendencia en la cual el sector agropecuario sigue siendo un pilar esencial para la economía argentina, en gran parte debido a la persistencia del cobro de este tributo. Esta carga impositiva sigue siendo un elemento central en la estructura fiscal del país y en la contribución del sector agroexportador.
A pesar de la recuperación en los volúmenes exportados, la caída de los precios internacionales de los productos agropecuarios continúa siendo un factor determinante que limita el potencial de recaudación. Los precios internacionales, influenciados por una variedad de factores globales, han mostrado una tendencia a la baja, lo cual afecta directamente los ingresos generados por las exportaciones. Este escenario pone en evidencia la vulnerabilidad del sector ante las fluctuaciones del mercado internacional y subraya la importancia de estrategias de diversificación y fortalecimiento del valor agregado en los productos agropecuarios exportados.
En conclusión, aunque las proyecciones para el resto del 2024 muestran una mejora en comparación con el año anterior, es evidente que el sector agropecuario argentino enfrenta desafíos significativos debido a las condiciones del mercado global. La recuperación de los volúmenes exportados es un paso positivo, pero la volatilidad de los precios internacionales sigue siendo una barrera importante para alcanzar niveles de recaudación comparables a los de años previos.
Fuente: BCR