El investigador y genetista Marín Condori asegura que hablamos mucho de soberanía alimentaria, pero no somos autosuficientes en la mayoría de productos básicos de la canasta familiar.
El Ingeniero Marín Condori, reconocido investigador y genetista, ha lanzado una advertencia sobre la falta de seguridad alimentaria en Bolivia, especialmente en productos básicos como el trigo, el maíz y el arroz. A pesar de los discursos sobre soberanía alimentaria, Condori señala que el país enfrenta un déficit en la producción de estos alimentos fundamentales.
«Creo que hablamos mucho sobre soberanía alimentaria, pero en realidad no somos soberanos en la mayoría de los casos», afirmó el ingeniero. «Si buscamos alcanzar la seguridad alimentaria, debemos seguir el ejemplo de nuestros países vecinos, como Argentina, Paraguay y Brasil, que utilizan eventos biotecnológicos para hacer frente a las condiciones adversas».
No hay suficiente investigación
Condori destacó la importancia de la investigación y la inversión en tecnología agrícola para mejorar la productividad y la competitividad del país en el mercado internacional. «Si no invertimos en investigación, será difícil competir con otros países», advirtió. «Necesitamos desarrollar variedades de cultivos que sean más productivas y resistentes a las enfermedades, y esto solo se logra a través de la investigación en genética y mejoramiento de plantas».
El investigador también subrayó la necesidad de estabilidad y continuidad en las instituciones dedicadas a la investigación agrícola. «El brazo operativo del Estado en ciencia debe ser apolítico y estable», enfatizó. «Si los cambios políticos afectan la continuidad de la investigación, no podemos esperar avances significativos en seguridad alimentaria».
Condori instó a que se priorice la investigación agrícola en tres áreas clave: alta producción, resistencia a enfermedades y acortamiento de ciclos de cultivo. «Necesitamos desarrollar variedades de cultivos que sean más productivas, resistentes y adaptables a las condiciones climáticas cambiantes», concluyó.
Fuente: El Mundo