El puntapié inicial para la cosecha de soja en la zona núcleo deja al descubierto los efectos del clima. Los primeros cuadros recolectados advierten rendimientos estables pero con dos agravantes: retención de hojas verdes y hongos en granos.
Las dudas sobre el cultivo más importante en volúmenes para nuestro país, la soja, comienzan a disiparse a medida que comienza a dar sus primeros paso la cosecha en la zona núcleo. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los primeros lotes recolectados hablan por sí solos.
“Con algo más del 3% del área cosechada de soja de primera, y de las áreas más favorecidas por las lluvias, el rinde promedió arroja 44 quintales por hectárea”, sostienen en la entidad rosarina, dejando en claro que se trata de un numero cuasi afortunado.
Sin embargo no todo es color de rosas en el sector; así como la chicharrita está haciendo estragos en el maíz, la soja sufre las consecuencias de un clima cambiante que deja en algunas regiones un nuevo problema para anotar en la libreta del productor.
“La retención de hojas verdes se observa en lotes muy afectados por el calor y los problemas de calidad en lotes cosechados en zonas con excesos”, destacar los expertos. Es que en muchos cuadros, el grano presenta un “hongo” que lo deforma afectando su calidad.
“Hay lotes con los granos listos para cosechar, pero con retención de hojas verdes en las plantas. Éstos son cuadros que fueron muy afectados por la ola de calor. Además, se están observando granos perturbados por hongos”, dicen en la bolsa.
Claro que estas situaciones derriba el promedio de rendimientos exhibido precedentemente, incluso llevándolo a situaciones por debajo de los 35 quintales por hectárea como media.
LOTES BLANDOS, LA OTRA PREOCUPACIÓN
Por su parte, en las áreas más afectadas por las últimas lluvias, aún había esta semana productores sin poder llegar a los lotes, mucho de ellos encharcados. Se prevén grandes problemas para poder cosechar y trasladar los granos a los acopios por falta de piso.
“Va a ser un desafío enorme. Se va a tener que embolsar en muchos casos”, sostienen los productores, principalmente del sur de Santa Fe y norte bonaerense. Por otro lado, el área que mayor carga de agua recibió, fue paradójicamente una de las más castigadas por la sequía y empiezan a verse mejoras en los niveles de agua freática.
Por ello, esta situación no deja de ser una buena noticia. Tras la difícil semana luego del temporal, algunos técnicos y productores empiezan a destacar las excelentes posibilidades para pasturas y cultivos de invierno, como el trigo, cuando la falta de agua típica del invierno es muy temida y más aún con una “Niña fuerte” amenazando a la próxima campaña gruesa.
El otoño comienza con reservas de agua más que satisfactorias en la mayor parte de la región pampeana, incluso con excesos puntuales en el sudeste de Santa Fe, sur de Entre Ríos, centro y extremo noreste de Buenos Aires. Distinta es la realidad de la franja oeste, donde gran parte de Córdoba y más de la mitad de La Pampa mantienen condiciones de humedad en el suelo que van de regulares a escasas.
Fuente: Infocampo